BLOG
Muchas personas sufren a lo largo de su vida del sentimiento de soledad. Otras dicen que disfrutan mucho sus momentos a solas. Otras se sienten en paz a solas, porque en realidad al ser introvertidas, les produce mucha ansiedad estar en compañía de muchas personas.
Pero quien se ve forzado a estar solo por la pérdida de un ser querido o porque durante su vida le ha faltado el acompañamiento básico para formar dentro de sí el sentimiento de sostén y continuidad interno suficiente para no sentir que el mundo se cae en soledad.
A estas personas, la soledad les produce un enorme dolor.
Pueden entrar en estados de angustia acompañados por: pensamientos recurrentes, sensación de vacío en el pecho, dolor emocional o tristeza, ansiedad generalizada que se manifiesta por palpitaciones, falta de aire, sentimiento de que algo malo va a pasar. Sobre pensar o pensamientos catastróficos, hasta derivar en etapas depresivas que se prolongan a lo largo de meses u años.
La angustia por soledad caracteriza más a personas con ciertos trastornos como el trastorno límite de la personalidad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, depresión recurrente, entre otros.
Me gustaría explicarte por qué ocurre este dolor mental.
Cuando el ser humano nace, necesita absolutamente del medio ambiente para sobrevivir. Física y emocionalmente, además de requerir ser arropado, alimentado y tener un techo. Se ha comprobado que algunas muertes de cuna están relacionadas con bebés que no tienen la constancia de una voz cariñosa, o sostén físico, es decir que no son cargados y acariciados.
En psicoanálisis llamamos a esto libidinizar, es decir, llenar de energía amorosa al otro ser humano, hacerlo sentir que importa, que está acompañado y sostenido.
Algunos autores explican el sentimiento de sostén más primario, desde el ser abrazado y percibir el brazo de los padres en la espalda. De ahí, que algunas veces los abrazos o unas palmadas en la espalda, resulten confortantes.
Cuando en tus primeros años de vida, no contaste con una figura parental amorosa y continua, esto impide que, dentro de ti, se vaya formando una representación o memoria, de seguridad.
Para aprender a estar a solas, necesitamos pasar por una dependencia completa y segura.
Cuando este sostén falla, en la edad adulta, es como si quedaran huecos en la mente.
¿cómo se rellenan esos huecos?
Buena pregunta, ese camino de comprenderte a ti mismo, se logra en psicoanálisis, viviendo una experiencia nueva, que te permita hablar de tu historia y comprender tus estados emocionales actuales y cambiar poco a poco, esa historia de vacío, por un presente donde sí te sientas contenido o contenida.
Muchas personas sufren a lo largo de su vida del sentimiento de soledad. Otras dicen que disfrutan mucho sus momentos a solas. Otras se sienten en paz a solas, porque en realidad al ser introvertidas, les produce mucha ansiedad estar en compañía de muchas personas.
Pero quien se ve forzado a estar solo por la pérdida de un ser querido o porque durante su vida le ha faltado el acompañamiento básico para formar dentro de sí el sentimiento de sostén y continuidad interno suficiente para no sentir que el mundo se cae en soledad.
A estas personas, la soledad les produce un enorme dolor.
Pueden entrar en estados de angustia acompañados por: pensamientos recurrentes, sensación de vacío en el pecho, dolor emocional o tristeza, ansiedad generalizada que se manifiesta por palpitaciones, falta de aire, sentimiento de que algo malo va a pasar. Sobre pensar o pensamientos catastróficos, hasta derivar en etapas depresivas que se prolongan a lo largo de meses u años.
La angustia por soledad caracteriza más a personas con ciertos trastornos como el trastorno límite de la personalidad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, depresión recurrente, entre otros.
Me gustaría explicarte por qué ocurre este dolor mental.
Cuando el ser humano nace, necesita absolutamente del medio ambiente para sobrevivir. Física y emocionalmente, además de requerir ser arropado, alimentado y tener un techo. Se ha comprobado que algunas muertes de cuna están relacionadas con bebés que no tienen la constancia de una voz cariñosa, o sostén físico, es decir que no son cargados y acariciados.
En psicoanálisis llamamos a esto libidinizar, es decir, llenar de energía amorosa al otro ser humano, hacerlo sentir que importa, que está acompañado y sostenido.
Algunos autores explican el sentimiento de sostén más primario, desde el ser abrazado y percibir el brazo de los padres en la espalda. De ahí, que algunas veces los abrazos o unas palmadas en la espalda, resulten confortantes.
Cuando en tus primeros años de vida, no contaste con una figura parental amorosa y continua, esto impide que, dentro de ti, se vaya formando una representación o memoria, de seguridad.
Para aprender a estar a solas, necesitamos pasar por una dependencia completa y segura.
Cuando este sostén falla, en la edad adulta, es como si quedaran huecos en la mente.
¿cómo se rellenan esos huecos?
Buena pregunta, ese camino de comprenderte a ti mismo, se logra en psicoanálisis, viviendo una experiencia nueva, que te permita hablar de tu historia y comprender tus estados emocionales actuales y cambiar poco a poco, esa historia de vacío, por un presente donde sí te sientas contenido o contenida.
Déjame tus datos y recibirás actualización de los cursos y talleres.