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Sentimientos por el fin de año
Durante la temporada de diciembre debido a los rituales religiosos, sociales y familiares de acogimiento y celebración, las personas suelen atravesar periodos de tristeza y melancolía.
Palabras clave: depresión, fin de año, normalidad, patología del fin de año.


El cierre de año suele traer consigo sentimientos de tristeza, añoranza y melancolía. Debido a que son fechas especiales que recuerdan la ausencia de un ser querido, la soledad o que remarcan en reuniones familiares viejas formas de relación que lastiman a sus miembros.

Un año que se acaba nos confronta con la muerte, con la finitud, es un año más que se nos va entre las manos. En los buenos casos, la satisfacción y gratitud nos rescata del sentimiento de fragilidad, pero si la frustración inclina la balanza, entonces la persona va entrando en "un bajón".

¿En qué medida son normales estos sentimientos durante las fechas?¿Cómo saber si requiero buscar ayuda porque me encuentro en una depresión u otra enfermedad emocional?

Podemos tomar como señales de síntomas que necesitan atención los siguientes:

-Insomnio, falta de apetito o dificultad para parar de comer, uso de alcohol excesivo (más de 4 copas a la semana) , aunque debido a las fiestas el consumo de alcohol normalmente se incrementa.
-Ansiedad generalizada durante el día o la noche.
-Falta de deseo o ganas de hacer cosas.
-Aislamiento social.
-Llanto fácil o constante.
-Deseos de morir
-Desconexión del mundo externo: pasar más de 4 horas diarias jugando video juegos y perder contacto humano.
-Pensamientos o ideación suicida.
-Autolesiones.
-Actos autodestructivos: impulsividad, pleitos, accidentes constantes, autoagresiones.

Este año en particular se ha caracterizado por el aislamiento social. La presencia constante de la amenaza a la salud ha generado naturalmente ansiedad en la población.

Llegamos a la recta final de 2020 con total incertidumbre, un incremento significativo de contagios y muertes. Cada vez más conocidos y amigos se han contagiado o tienen algún conocido que ha fallecido.

Nos encontramos, ante la dificultad de discernir hasta donde salir, tener contacto social y distracciones para el esparcimiento y la cultura. Y hasta donde aislarnos completamente.
Cuidar de nuestros seres queridos implica tomar distancia, perdimos por ahora los besos, abrazos y la frecuencia de las visitas. Hechos que sí tienen un efecto emocional en cada uno de nosotros.

Estos dilemas se presentan a la mayoría de la población que guarda contacto con la realidad, no desmiente la gravedad del asunto y ha generado durante su vida, un sentido ético. Y son dilemas difíciles de resolver.

Temerosos por otra parte de la situación económica que ha sufrido por los periodos de confinamiento y semi confinamiento.

Dentro de este escenario, es normal llegar a fin de año con una carga emocional que rebasa las posibilidades del aparato psíquico para procesar. Es como si tu estómago de repente tuviera que hacer digestión de un mamut.

La sugerencia es que hables con tus personas cercanas, que dejes salir tus emociones a través del llanto, descanses si lo necesitas y consultes un profesional si presentas dos o más síntomas de los mencionados en la lista.

Pueden ser épocas difíciles, date la oportunidad de estar triste, dormir, pedir ayuda si lo necesitas. Pero también de jugar, explorar la escritura, alguna actividad artística. Y de reconocer tus logros y lo que sí hay en tu vida. Permítete recibir cariño y compañía y decir no puedo.





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Sentimientos por el fin de año
Durante la temporada de diciembre debido a los rituales religiosos, sociales y familiares de acogimiento y celebración, las personas suelen atravesar periodos de tristeza y melancolía.
Palabras clave: depresión, fin de año, normalidad, patología del fin de año.


El cierre de año suele traer consigo sentimientos de tristeza, añoranza y melancolía. Debido a que son fechas especiales que recuerdan la ausencia de un ser querido, la soledad o que remarcan en reuniones familiares viejas formas de relación que lastiman a sus miembros.

Un año que se acaba nos confronta con la muerte, con la finitud, es un año más que se nos va entre las manos. En los buenos casos, la satisfacción y gratitud nos rescata del sentimiento de fragilidad, pero si la frustración inclina la balanza, entonces la persona va entrando en "un bajón".

¿En qué medida son normales estos sentimientos durante las fechas?¿Cómo saber si requiero buscar ayuda porque me encuentro en una depresión u otra enfermedad emocional?

Podemos tomar como señales de síntomas que necesitan atención los siguientes:

-Insomnio, falta de apetito o dificultad para parar de comer, uso de alcohol excesivo (más de 4 copas a la semana) , aunque debido a las fiestas el consumo de alcohol normalmente se incrementa.
-Ansiedad generalizada durante el día o la noche.
-Falta de deseo o ganas de hacer cosas.
-Aislamiento social.
-Llanto fácil o constante.
-Deseos de morir
-Desconexión del mundo externo: pasar más de 4 horas diarias jugando video juegos y perder contacto humano.
-Pensamientos o ideación suicida.
-Autolesiones.
-Actos autodestructivos: impulsividad, pleitos, accidentes constantes, autoagresiones.

Este año en particular se ha caracterizado por el aislamiento social. La presencia constante de la amenaza a la salud ha generado naturalmente ansiedad en la población.

Llegamos a la recta final de 2020 con total incertidumbre, un incremento significativo de contagios y muertes. Cada vez más conocidos y amigos se han contagiado o tienen algún conocido que ha fallecido.

Nos encontramos, ante la dificultad de discernir hasta donde salir, tener contacto social y distracciones para el esparcimiento y la cultura. Y hasta donde aislarnos completamente.
Cuidar de nuestros seres queridos implica tomar distancia, perdimos por ahora los besos, abrazos y la frecuencia de las visitas. Hechos que sí tienen un efecto emocional en cada uno de nosotros.

Estos dilemas se presentan a la mayoría de la población que guarda contacto con la realidad, no desmiente la gravedad del asunto y ha generado durante su vida, un sentido ético. Y son dilemas difíciles de resolver.

Temerosos por otra parte de la situación económica que ha sufrido por los periodos de confinamiento y semi confinamiento.

Dentro de este escenario, es normal llegar a fin de año con una carga emocional que rebasa las posibilidades del aparato psíquico para procesar. Es como si tu estómago de repente tuviera que hacer digestión de un mamut.

La sugerencia es que hables con tus personas cercanas, que dejes salir tus emociones a través del llanto, descanses si lo necesitas y consultes un profesional si presentas dos o más síntomas de los mencionados en la lista.

Pueden ser épocas difíciles, date la oportunidad de estar triste, dormir, pedir ayuda si lo necesitas. Pero también de jugar, explorar la escritura, alguna actividad artística. Y de reconocer tus logros y lo que sí hay en tu vida. Permítete recibir cariño y compañía y decir no puedo.


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