BLOG

Compartir

Animarse
Venir a terapia es una decisión que cuesta tomar para algunas personas, aparentemente por prejuicios sociales; porque tus padres piensan que no es necesario, por que “eso es para locos”, “no lo necesito”, “yo puedo solo”, “es para débiles”.
Una vez que se atraviesan esas creencias, se ha intentado otras soluciones médicas, astrológicas, religiosas y terapias alternativas, se pide una consulta. Ahí vienen un camino de retos.


El psicoanálisis es un proceso en el que tú como paciente puedes hablar de ti, de tu historia, preocupaciones, angustias, tristezas, enojos, frustraciones. Pero también de tus alegrías, sueños y placeres.
Se inicia una relación con una persona que te acompañará durante algún tiempo para conocerte a ti mismo y como toda relación, puede atravesar dificultades. Debido a que en análisis cada persona repite sus formas de relacionarse con el mundo, se depositan en el terapeuta expectativas, supuestos, enojos, demandas y decepciones, relacionadas con lo más íntimo de cada paciente. Gracias a estos conflictos que se irán hablando poco a poco durante el análisis, una persona puede ir conociendo partes de sí misma y realizando cambios en su vida.
Estar en terapia implica tolerar la frustración, aceptar ayuda, reconocerse en falta, vulnerable y querer cambiar eventualmente. Hay que pagar un precio, el precio de hacerse cargo de uno mismo, de asumir aspectos desconocidos, asomarse al lado oscuro, de realizar cambios que a veces son difíciles.
La terapia es como verse en el espejo, todo lo que pasa aquí, son descubrimientos sobre tu persona, tu historia y tus deseos, a veces lo que ves en el espejo no te gusta, pero es parte del proceso.
¿Dura mucho? ¿es costosa? ¿es lenta?
Es más costoso vivir con la enfermedad, sin ganas de vivir, insatisfecho (a), desaprovechando la vida. Sin embargo, algunas personas deciden que es menos costosa “la enfermedad” o sus síntomas, que el esfuerzo de hablar, escucharse, descubrirse, asumir la ley y cambiar. Pero muchos pacientes, además de ir descifrando, poco a poco el sentido de sus síntomas, su angustia, re-conociéndose, encuentran un gusto en el proceso de analizarse. A la par que se van vitalizando aspectos de su vida en el mundo.
"Animarse" toma el sentido de animarse a iniciar terapia, animarse a quedarse el tiempo suficiente y sin prisa (o tolerando la prisa) y esto puede animar tu vida.





Compartir

Animarse
Venir a terapia es una decisión que cuesta tomar para algunas personas, aparentemente por prejuicios sociales; porque tus padres piensan que no es necesario, por que “eso es para locos”, “no lo necesito”, “yo puedo solo”, “es para débiles”.
Una vez que se atraviesan esas creencias, se ha intentado otras soluciones médicas, astrológicas, religiosas y terapias alternativas, se pide una consulta. Ahí vienen un camino de retos.


El psicoanálisis es un proceso en el que tú como paciente puedes hablar de ti, de tu historia, preocupaciones, angustias, tristezas, enojos, frustraciones. Pero también de tus alegrías, sueños y placeres.
Se inicia una relación con una persona que te acompañará durante algún tiempo para conocerte a ti mismo y como toda relación, puede atravesar dificultades. Debido a que en análisis cada persona repite sus formas de relacionarse con el mundo, se depositan en el terapeuta expectativas, supuestos, enojos, demandas y decepciones, relacionadas con lo más íntimo de cada paciente. Gracias a estos conflictos que se irán hablando poco a poco durante el análisis, una persona puede ir conociendo partes de sí misma y realizando cambios en su vida.
Estar en terapia implica tolerar la frustración, aceptar ayuda, reconocerse en falta, vulnerable y querer cambiar eventualmente. Hay que pagar un precio, el precio de hacerse cargo de uno mismo, de asumir aspectos desconocidos, asomarse al lado oscuro, de realizar cambios que a veces son difíciles.
La terapia es como verse en el espejo, todo lo que pasa aquí, son descubrimientos sobre tu persona, tu historia y tus deseos, a veces lo que ves en el espejo no te gusta, pero es parte del proceso.
¿Dura mucho? ¿es costosa? ¿es lenta?
Es más costoso vivir con la enfermedad, sin ganas de vivir, insatisfecho (a), desaprovechando la vida. Sin embargo, algunas personas deciden que es menos costosa “la enfermedad” o sus síntomas, que el esfuerzo de hablar, escucharse, descubrirse, asumir la ley y cambiar. Pero muchos pacientes, además de ir descifrando, poco a poco el sentido de sus síntomas, su angustia, re-conociéndose, encuentran un gusto en el proceso de analizarse. A la par que se van vitalizando aspectos de su vida en el mundo.
"Animarse" toma el sentido de animarse a iniciar terapia, animarse a quedarse el tiempo suficiente y sin prisa (o tolerando la prisa) y esto puede animar tu vida.


¿Deseas recibir más información?
Déjame tus datos y recibirás actualización de los cursos y talleres.







SITIOS DE INTERES

Asociación Psicoanalítica Internacional
www.ipa.org.uk
 
Federación Psicoanalítica América Latina
www.fepal.org

Asociación Psicoanalítica de Guadalajara
www.apg.org.mx
(C) Carmen Cuenca Psicoanalista
Aviso de privacidad



Miembro de






Miembro de



Diseño y Desarrollo WEB: Rednet.ar / https://red.net.ar


*